jueves, 24 de noviembre de 2016

Prosa didáctica



Sophie Meriam 300

Una mañana, llegando al colegio encontré a mi amiga Julieta. Estaba muy triste porque había comprado entradas para ir a un concierto de su cantaor preferido aquel fin de semana. Pero en el momento de salir, el coche de su madre, que era muy viejo, no pudo arrancar. Lo intentaron durante cerca de una hora, pero no había nada que hacer. Las entradas eran muy caras y era la primera vez que el cantaor estaba en su ciudad. La ocasión no se repetiría. Yo no estaba muy triste y creía al contrario que si se volvería a repetir.

De repente me acordé de lo que me había contado mi madre una vez y se lo dije:

Una colega de su trabajo había cogido una entrada para una obra de teatro. La había cogido muy pronto y era una obra muy famosa. Estaba muy contenta cuando llegó el día de la representación y cogió su coche. Pero en la mitad del camino otro coche se saltó el semáforo y se chocaron los dos. Como el coche se rompió y la grúa tardó en llegar y no pudo ir al teatro.

Y tú, le dije a mi amiga, no estés triste, porque como se ha estropeado el coche de tu madre no podrás ir al colegio esta mañana. Así que...

No te quejes por los actos del destino
que por un día bien te han servido

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