lunes, 28 de noviembre de 2016

Prosa didáctica.


Ugo Benini 300

Un día atípico y desagradable hablaba José con su querido amigo Theo, que era también su consejero:

- Amigo, ayer mi empresario me anunció que tenía que viajar a Egipto para una misión importante. Por supuesto, necesito coger el avión para ir allá. Es un trabajo muy duro y agotador que trata de " La economía de Egipto". Pero estos últimos días me siento muy enfermo desgraciadamente, todavía no sé si tengo que ir o no, visto mi estado. ¿ Quizás puedes ayudarme y aconsejarme?

- José - dijo su amigo y consejero- si quieres puedo contarte una historia, un poco trágica, de un viejo amigo que amaba mucho.Este viejo amigo era un poco como tú, bello y bien educado, trabajaba en una sociedad muy conocida, la F,N.E.N.I, luchaban por las poblaciones pobres, que no tenían buenos servicios.Su jefe le envió a un país donde la gente vivía cada día los horrores de la guerra. Pero él no tenía enfermedad, entonces viajó. Viajó contra la voluntad de su familia que decía que no era buena idea  ir a este país, demasiado peligroso. Él no escuchó a nadie y se marchó contento y orgulloso de lo que había decidido.

- El día del embarque de su avión estaba presente y listo para cogerlo. Algún tiempo después del despegue, algo así como una hora o dos, el avión explotó encima del mar. Podría ser un atentado, un problema técnico u otra cosa. O quizás era la cita que había dado la muerte a todas estas personas.

- Como buen consejero que soy, por favor, con todo el amor del mundo, ¡no viajes allí!. La enfermedad te ha tocado para que no te pase nada y que te cuides: es el destino

Algunos días después, el avión, como lo había previsto Theo, tuvo un problema de motor y se estrelló en el suelo. Gracias a esta historia quedaron unos versos que dijo Theo cuando vio a José aún enfermo y que había decidido quedarse. Estos versos dicen:

"Quizás tu enfermedad es el destino,
para no encontrar la muerte en el camino"

No hay comentarios:

Publicar un comentario